El proceso de globalización ha generado un mundo cada vez más interdependiente e interconectado donde los problemas colectivos no pueden ser abordados de manera unilateral.
Los grandes retos que presenta la lucha contra la pobreza, acompañada de exclusión social y desigualdad de género, la paz y prevención de conflictos o la degradación medioambiental, requieren de acciones concertadas entre los estados que, principalmente, se canalicen a través de organismos internacionales con la legitimidad y los mandatos para promover y gestionar bienes públicos globales dentro de un marco de respeto y cumplimiento de los derechos humanos, y con recursos y capacidad suficiente para actuar eficazmente sobre el terreno.
La Cooperación Española, consciente de todo ello, contribuye a fortalecer las capacidades del sistema multilateral para convertirlo en un instrumento eficaz y legitimado al servicio de la gobernabilidad democrática mundial.